Vicios
Hay una forma de vida más peligrosa que la vida de cualquier adicto a la heroína, la coca o el crack. Algo que conlleva más peripecias y vericuetos que cualquier delincuente de esquina o el más armado mafioso pudiera pensar. Una actividad que ni los deportistas más extremos, ni los militares más desafortunados en las más sangrientas guerras alguna vez imaginaron podría pasar.
Es un estilo de vida que unos pocos locos aceptan toque su puerta e invitan a pasar, un invitado llamado: sentir.
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