Serendipia
Muchos lloran por el amor, cuando el amor no llora por nadie, solo ama. Gente que muere de amor y busca su otra mitad en una aventura parecida a juntar las caras opuestas de un dado que forman parte del mismo cubito pero jamás se encuentran.
Estamos en constante búsqueda de orden, de tener un trabajo estable, de ir todos los días a la misma hora al colegio o a la universidad, y al final ¿Pa’ que tanto orden si el amor se encuentra por accidente? Si es que se encuentra porque ya yo tengo mis dudas.
Es más fácil dejar que el amor fluya en uno, de los más sencillo, en cuadros, en cartas, en dibujos, en abrazos, en ver por la ventana a las 3:30 de la tarde el manto amarillo pollito del sol, si, pollito aunque la palabra de risa. Es mejor caminar lento y empezar a observar las caras de las personas que nunca dimos importancia, decir “buenos días” de vez en cuando y enmarañarlo en una sonrisa.
Y de cuando en cuando reírse pero con ganas, ríete, y cuando alguien se tropiece, para de reír un ratico y ayúdale a pararse, y si alguien te gusta dile algo como “Oye tu, me gustas ¿Quisieras salir alguna vez?” mientras mueres de pena y te tiemblan las rodillas porque el que pega primero pega dos veces y nunca sabes quién quiera “pegarle” primero a tu amor.
Y todos los días busca y húndete en un diccionario, consigue una palabra nueva, sal a la calle y saluda a un extraño, y haz un favor sin que te lo pidan, y roba pero que no te descubran porque “qué pena”, y, solo si te quedan fuerzas, llegas a tu casa, abrazas a tu papá, le das un beso a tu mamá, y agradeces por ser un accidente con patas.
Estamos en constante búsqueda de orden, de tener un trabajo estable, de ir todos los días a la misma hora al colegio o a la universidad, y al final ¿Pa’ que tanto orden si el amor se encuentra por accidente? Si es que se encuentra porque ya yo tengo mis dudas.
Es más fácil dejar que el amor fluya en uno, de los más sencillo, en cuadros, en cartas, en dibujos, en abrazos, en ver por la ventana a las 3:30 de la tarde el manto amarillo pollito del sol, si, pollito aunque la palabra de risa. Es mejor caminar lento y empezar a observar las caras de las personas que nunca dimos importancia, decir “buenos días” de vez en cuando y enmarañarlo en una sonrisa.
Y de cuando en cuando reírse pero con ganas, ríete, y cuando alguien se tropiece, para de reír un ratico y ayúdale a pararse, y si alguien te gusta dile algo como “Oye tu, me gustas ¿Quisieras salir alguna vez?” mientras mueres de pena y te tiemblan las rodillas porque el que pega primero pega dos veces y nunca sabes quién quiera “pegarle” primero a tu amor.
Y todos los días busca y húndete en un diccionario, consigue una palabra nueva, sal a la calle y saluda a un extraño, y haz un favor sin que te lo pidan, y roba pero que no te descubran porque “qué pena”, y, solo si te quedan fuerzas, llegas a tu casa, abrazas a tu papá, le das un beso a tu mamá, y agradeces por ser un accidente con patas.
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