Vulgar
Enamorarse es profano y al mismo tiempo profecía de desastre, una herida abierta que me hago yo mismo, mas que "perder la cabeza" es como romperse el cuello.
Disculpa lo gráfico, como ermitaño no me entrego a cultivar cariño en cada oportunidad, (de)mostrar los sentimientos es traicionar a mi soledad.
Mi instintiva frialdad es como una defensa de papel ante un chorro de agua, fútil como mucho.
Ahhhh, eso sí, nada como cuando ella me abraza.
Unos anhelan nalgas, otros cariño, como "poeta veraneado" se me antojan las dos.
Soy una mezcla entre maldito y escriba, sentado en medio de una confusión adolescente, buscando editar una película que no se ha filmado aún.
Corto los párrafos como corto la respiración, de manera abrupta, no inquieta pero si enojada.
Si me río es de los demás, nunca de mi mismo, nada mancilla mi marmoleada reputación porque en mi cabeza soy presidente del mundo (y ahí afuera soy el payaso de todos).
Escribir creo que para nadie es un don, es mas como un ejercicio recurrente de una mente dañada que busca sanar en papel lo que no ha sanado en el alma.
En estos días las conversas ásperas sobre bravos pájaros que surcan cielos ardiendo me ponen a pensar en cómo la verdad se mistifica, la mentira se justifica y se afinca mi sed por un poco de humanidad.
Disculpa lo gráfico, como ermitaño no me entrego a cultivar cariño en cada oportunidad, (de)mostrar los sentimientos es traicionar a mi soledad.
Mi instintiva frialdad es como una defensa de papel ante un chorro de agua, fútil como mucho.
Ahhhh, eso sí, nada como cuando ella me abraza.
Unos anhelan nalgas, otros cariño, como "poeta veraneado" se me antojan las dos.
Soy una mezcla entre maldito y escriba, sentado en medio de una confusión adolescente, buscando editar una película que no se ha filmado aún.
Corto los párrafos como corto la respiración, de manera abrupta, no inquieta pero si enojada.
Si me río es de los demás, nunca de mi mismo, nada mancilla mi marmoleada reputación porque en mi cabeza soy presidente del mundo (y ahí afuera soy el payaso de todos).
Escribir creo que para nadie es un don, es mas como un ejercicio recurrente de una mente dañada que busca sanar en papel lo que no ha sanado en el alma.
En estos días las conversas ásperas sobre bravos pájaros que surcan cielos ardiendo me ponen a pensar en cómo la verdad se mistifica, la mentira se justifica y se afinca mi sed por un poco de humanidad.
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