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Impetuoso

Cuando a veces todo parece mucho y ya mucho es demasiado me escondo en la pequeña inmensidad de mi corazón, ahí salvo y seguro siento el vibrar de sus latidos, de mis latidos… En cada salto, en cada arriba y abajo de la música que tocan mis sentimientos escucho y aprecio expectante. Me conozco, te conozco, nos conocemos desde antes de la presencia misma, nos besamos las ausencias que están más presentes que nunca. Nos tropezamos juntos en un cruce entre la cultura y la violencia. Una canción, un odio. Mientras nuestra hoja se deshace, el patetismo de nuestro esfuerzo es el único impulso que intenta juntar los pedazos de lo que fuimos. A veces pienso en que nuestra historia es mentira, fue mentira… ¿Fue? Aplastado, empujando con mi alma el mundo arriba, el cielo quebrado y los mares exaltados por semejante proeza, un ser humano, roto e incapaz retando al planeta que no da tregua y al tiempo que no perdona.  

Enmienda a la realidad

¿Se puede ser ético y lógico bajo influencia de estímulos neuroquímicos? No sé que es peor... Vivir sin alma, gris y sin hacer daño, o vivir en llamas y hacer daño con toda el alma, me quedo con los cuentos y las novelas, la vida real nunca sabes como termina. Perpetua incertidumbre, perpetuo rencor y miedo. La felicidad es un hecho ineludible de la percepcion de los hechos. No hay hecho moral; interpretacion, sí. No temo la muerte, temo la trituradora vida. La hermosa vida. La vida. El miedo no es una decisión, es un reflejo, eso quiere decir que somos espejos de la vida y reflejamos ese monstruo externo a nuestra caja de fusibles; es decir, tú. Desvarío mientras se me van los dedos en las letras que son gritos que son mente que son vida que son muerte.

Quien soy ¿Me lo dices o me lo preguntas?

Hay algo inerme en todos nosotros. Esto de ser humanos es algo que viene y va, no siempre podemos ser humanos ¿O sí? Cada vez que gasto dos mil bolos en una noche de alcohol, putas y luces estroboscópicas en algún lugar pretendiendo no se qué, mientras en algún hogar vecino alguien se desvela por comprar comida. Somos navegantes, salvajes y violentos. De todo un poco uno hace para ser; o hacer, lo que uno quiere. De vez en cuando hacemos lo que uno no quiere, así como mal polvo. A veces queremos lo que no hacemos, así cual aspiración frustrada o voluntad irresoluta. Para el camino al corazón, a la verdadera raíz del peo, hace falta un chavo valiente, con los pies en la tierra y la mente en las nubes pa’ echarle piernas al laberinto que montamos para evitar mirones de nuestro atravesado yo . ¿Identidad? intrépida afirmación definir a alguien bajo tal pobre concepto. IDENTIDAD. Para mi país soy un 24.036.004 de un nombre que me pusieron sin preguntar y dos apel...

Yo, tú, todos y ninguno

Yo tengo un miedo arrecho, un miedo tan grande que no es posible procesarlo, ni siquiera me da tiempo de respirar y muchos menos de pensar. Cuando termina el ruido que me inquieta el mundo, empiezan a llover recuerdos; de los reprimidos, de los otros en mí, a lo largo de mi paz, en mi ser. El poema que escribí para ti se perdió en tu estupidez, en el desamor que tanto merezco pues de imbécil me ha tocado vestirme más de una vez. Más de una vez. Interpretar el papel, sin miedo, sin pena, sin disculpas. Solo el tonto que cree que de buenas acciones y de grandes ideas gira el mundo, cuando el entramado bastardo de razones impías se sobrepone a toda ética y compasión humana. Yo no sé qué es peor, ser “humano” y no sentirlo, o ser “humano” solo por fachada. Definitivamente el amor al prójimo y el altruismo son solo espejismos del egoísmo irrenunciable e innato que viene con ser persona. Horror y sufrimiento es lo único que merece el egoísta, ni más; ni menos. Un canto al amor, lleno de tan...

Todos quieren morir

De sobredosis de amor se muere el pendejo que quiere amar. De sobredosis de alcohol se muere el miserable con más penas que ganas. De sobredosis de cocaína se muere el adicto que quiere “vivir”. Nos encojemos ante lo grande que es el miedo a contemplar la muerte a los ojos, y bailamos entre drogas y máscaras, entre gustos y hobbies, entre películas y canciones. El elefante en la habitación, no hablamos de él. Es más grande y poderoso que dios; de hecho es más constante, no encontrarás amigo tan fiel y recurrente. De lo original a lo prehistórico, la desnudez de su intención es tanta y la estupidez de nuestra parte tan obvia que casi parece que buscáramos ir a sus brazos. Parca, enemiga familiar que de una manera u otra no me sigues, sino que me llamas, y yo por lo tedioso de convivir y lo inútil de intentar me entrego de trago en trago y de sentencia en sentencia en tu tren al coño, al famoso coño e’ la madre donde los cansados se rinden y los mártires se inmolan, donde sin importar ...

No conozco a dios

No estás en las esquinas de mi desértica alma. Ausente en la cima de mi Himalaya. Invisible ante los confinados terminales de mi percepción. Nunca sabré si la felicidad o la satisfacción existen pues soy un eterno computador interpretando TODO lo que veo, rumiando y repensando mi experiencia, lo que voy a decir, lo que no pienso hacer y lo que tendré las bolas de romper. Existe un precedente en mi alma, uno más grande que el amor de madre y mucho más profundo que un resentimiento imperdonable; si te lo digo perdería su poder, que no es más que su libertad de que otros lo nombren. Sin nombre es la fuerza de mi grandeza, es la estrella y vacío inextricable de mis adentros. Es tan egoísta que no entiende la vida sin mí, y yo tan dependiente que no entiendo la vida sin ella. Creo que en algún momento seré capaz de encontrarme al amor de frente y sentarme con él para discutir lo catastrófico de sus consecuencias y lo piadoso de su presencia en esos que habita. Hasta entonces no conoceré di...