Algazara
Que lindo cuando un "te quiero" no es suficiente, como esa pena de niños que de adultos es tan real y palpable, como dejarse ver las cicatrices, como mi pluma inquieta escribe sobre esta hoja rota mientras me lees.
El cielo dicta los tintes de las acuarelas que dan color a mi autobiografía, cada torpe e inverosímil párrafo es un pedazo de mí en el papel, un pedazo vulnerable que habita la hoja como apenado de vivir o como si vivir fuera una pena.
Que impagables las caminatas a pleno sol y las lluvias esas que mojan el alma y me embarran los zapatos con los sentimientos encontrados de este terreno amplio lleno de corazones cohibidos.
Este desinterés existencial se entremezcla con la nostalgia de la brisa ligera que me recuerda a los amigos que se fueron, a los cariños que permanecen, a mi desubicado ego, las camas y sus dueñas.
El cielo dicta los tintes de las acuarelas que dan color a mi autobiografía, cada torpe e inverosímil párrafo es un pedazo de mí en el papel, un pedazo vulnerable que habita la hoja como apenado de vivir o como si vivir fuera una pena.
Que impagables las caminatas a pleno sol y las lluvias esas que mojan el alma y me embarran los zapatos con los sentimientos encontrados de este terreno amplio lleno de corazones cohibidos.
Este desinterés existencial se entremezcla con la nostalgia de la brisa ligera que me recuerda a los amigos que se fueron, a los cariños que permanecen, a mi desubicado ego, las camas y sus dueñas.
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