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Mostrando entradas de 2017

Libertonto

Libre, libra, letra, loco, lerdo, lucho, lees... Enclavado en el pie de página de un cuento sin final, párrafos pesados e ideas pánfilas. Inscrito en la portada vieja de un tortuoso enigma más grande que el pie de un elefante y áspero como tenaza de cangrejo. Pendejo cual inquebrantable amor de comprador compulsivo y estafadora de esquina, encaminados a un orgasmo interrumpido de necesidades contrarias. Liberado solo en mis letras, en mis propios cuentos de infinito infantilismo. De amor al cielo y veneración al sol caído. Tonto, triste, todo, tiembla, tengo, tus, tercas, tesis, tañidos, tenues.

Algazara

Que lindo cuando un "te quiero" no es suficiente, como esa pena de niños que de adultos es tan real y palpable, como dejarse ver las cicatrices, como mi pluma inquieta escribe sobre esta hoja rota mientras me lees. El cielo dicta los tintes de las acuarelas que dan color a mi autobiografía, cada torpe e inverosímil párrafo es un pedazo de mí en el papel, un pedazo vulnerable que habita la hoja como apenado de vivir o como si vivir fuera una pena. Que impagables las caminatas a pleno sol y las lluvias esas que mojan el alma y me embarran los zapatos con los sentimientos encontrados de este terreno amplio lleno de corazones cohibidos. Este desinterés existencial se entremezcla con la nostalgia de la brisa ligera que me recuerda a los amigos que se fueron, a los cariños que permanecen, a mi desubicado ego, las camas y sus dueñas.

Cágala

Que buena manía de tejer complejas y enrevesadas estrategias que nunca terminas de parir, eres como el arquitecto que se pone a pensar en el color de las tejas del techo y ni siquiera ha dibujado el primer plano. ¿Por qué? no sé, no me gradué en filosofía del pensamiento; eso sí, la mente es una máquina excepcional para auto engañarse, para mentirse con tal propiedad como si de un mandamiento se tratase Pasa el invierno y nunca prendiste la fogata, así de lento, así de escurridiza es tu voluntad. Pero no te juzgo ni te castigo; tranquilo, yo soy igual (quizá peor). No se disfruta el juego si te preocupas por la derrota, se disfruta porque sí, se disfruta por mover la pelota de aquí allá, gambetear y meter el gol. De niño nunca tuve problema, el problema era detenerme de saltar del techo porque quería volar, ahora ni en volar sueño porque ya estoy pensando caer. Si es certeza lo que buscas mi hermano, te convido a que recicles ese pensamiento y dejes ese ejercicio estúpido e...

Veo indigentes en todos lados

Deambulo, digo deambulo porque caminar lo hago todo el tiempo; Pero (así con mayúsculas) deambular tiene que ver con estar a la deriva en el mercado de los propósitos. Camino, pienso, deambulo, no pienso, repito y me pierdo. Como las palabras en estas oraciones no tengo sentido, no tienen sentido, a todos los veo persiguiendo luces de mentira, como si los bombillos fueran estrellas, como si el amor fuera pornografía. Si, veo indigentes en todos lados, gente con casa pero sin hogar, gente con vidas pero como muertos, que se quedan en el primer barco que les arroja un salvavidas. ¿Y yo? en este mar de indigentes convivo, poco a poco vislumbro mas allá del pálido brillo de los bombillos, mas allá, donde se ven las estrellas, para construir un barco, para encontrar mi hogar.